sábado, 28 de enero de 2017

La Inexistencia de Dios

Por: Daniel R Scott

"Por más que nos esforcemos en captar y expresar lo Absoluto lo mejor posible, sabemos muy bien que solo lograremos captarlo y expresarlo de una manera muy imperfecta" (Ignace Lepp)

¿Nos cuesta captar a Dios? Eso es bueno. ¿No vemos a la Divinidad en la mente del científico o en los tubos de ensayo de los laboratorios del mundo? Eso es mejor. Porque es casi imposible captar a Dios y más difícil aun confinarlo en los estrechos muros de fórmulas matemáticas, químicas y físicas producto de la especulación humana. Pero entonces tanto el hombre de ciencia como el vulgo concluye erróneamente que ciertamente "NO HAY DIOS". Mas, ¿prueba acaso nuestra incapacidad de captar y probar a Dios su inexistencia? Por supuesto que no, tan solo probaría que Dios como sustancia y concepto es demasiado elevado e infinito como para reducirlo a una simple ecuación. Y es que por años le hemos rendido culto a la ciencia y al raciocinio sin saber que ambos poseen limitaciones y fallos graves. Si el hombre de la postmodernidad es incapaz de abarcar con su mente la totalidad del universo material, ¡cuanto menos podría abarcar la anchura, la profundidad y la altura de la divinidad! ¿Podría acaso la hormiga con lo laboriosa que es concebir y recitar la monumental obra "el Quijote" de Cervantes? Por supuesto que no, porque tal actividad y conocimiento está más allá de sus facultades físicas e intelectuales. ¿Y no es esa nuestra posición ante la totalidad de lo real? Jamás podremos conocer e internalizar por nuestros propios recursos las verdades primeras y la ultimidad del acaecer cósmico, ya que hay un viejo axioma filosófico que sostiene que las verdades primeras y la ultimidad del acaecer cósmico no se prueban racionalmente. "No conocemos más realidad que la nuestra", dijo el filósofo Ignacio Burk, y Heisemberg, el creador de la mecánica cuántica dijo en el libro "El mundo de las dimensiones desacostumbradas" que el ser humano es una partícula microscópica que habita dentro de un átomo, sujeto a las dimensiones, leyes y principios de ese átomo. Y uno se pregunta honestamente, ¿se podría contemplar la realidad total desde un apartado rincón de un átomo? "El hombre es un ente de dimensiones medianas. Está colocado entre el cosmos inmenso y el diminuto electrón" (Heisemberg)

Por otra parte, ¿de qué nos serviría un Dios que pueda ser probado y mostrado por la ciencia o el quehacer filosófico? Creo que a nadie. Al menos a mí no me serviría. Si Dios puede ser explicado entonces ya no sería Dios. Si Dios puede ser racionalizado en términos absolutos, entonces no sería mayor que aquel que lo racionaliza, perdería su trascendencia. "Dios en sí mismo, en su carácter absoluto y en su trascendencia, está fuera, o mejor dicho más allá del alcance de nuestras facultades naturales de conocimiento. Un espíritu finito no podría abarcarlo ni expresarlo adecuadamente. El día que comprendí la absoluta trascendencia y la total inmanencia de Dios, ya no me atormenté por nuestra dificultad de probar racionalmente la existencia de Dios" (Ignace Lepp) De manera pues, y aunque suene contradictorio, la mejor prueba de la existencia de Dios que se puede presentar a la Humanidad es nuestra imposibilidad de probar plenamente su existencia.

Por eso fue que Dios, conociendo nuestra finitud y limitaciones intelectuales, tomó la iniciativa y decidió darse a conocer a través de la prosa de esa obra maestra del espíritu y de la literatura universal a la que llamamos "BIBLIA". Amigo mío, ¿tienes una contigo? Eso es muy bueno, pero te aconsejo que la tengas no como un amuleto sino que la leas. Léela con sinceridad y oración. Allí podrás ver y conocer a Dios. Por la Biblia sabemos de la existencia de otro camino excelente para conocer a Dios, a saber: la fe. Necesitamos de la fe. ¿Tienes fe? Deberías tenerla porque la fe es "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (La Biblia). Leamos la Biblia y tengamos fe para así conocer a Dios. Dios no quiere que se le pruebe. La Biblia da por sentado la existencia de Dios.

El Creador quiere que se le conozca. Trata de conocerle

Septiembre de 2010


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