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Mercedes López de Bracho |
A la memoria de la hermana María Mercedes López de Bracho,
ex-secretaria de la Adiel.
Llegó a mis manos con carácter devolutivo el libro
"La perla de gran precio", donde Verla Paterson, Arlene de Nelson y
John de Nelson reseñan con texto y fotos el "nacimiento, expansión y
jubileo de las iglesias evangélicas libres de Venezuela". Se podría decir
que es el "libro de los Hechos" de nuestra denominación en el país.
Hoy se toma como algo natural y cotidiano la existencia de las agrupaciones
evangélicas libres en cada ciudad o pueblo de Venezuela, pero pocos o nadie se
preguntan hoy cual es el génesis u origen de esa comunidad cuya señal
distintiva a lo largo de los años lo ha sido una torre con su campana
victoriosa en su cúspide.
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Colonia Tovar, Venezuela. "un legado viviente" del Misionero David Finstrom |
Se señala a la aragüeña ciudad de La Victoria como
"cuna de las iglesias evangélicas libres". Años 1898/1903. Desde esa
"nueva Jerusalén" y con el joven misionero David Finstrom procedente
del Norte (no debemos olvidar nuestra deuda de gratitud con el protestantismo
anglosajón) se extendió el evangelio a "Cagua, Colonia Tovar, Palo Negro,
Maracay y muchos otros puntos". Dicha expansión contó con trabajo arduo y
oposición. ¿Cómo se estableció esa primera obra evangélica? La obra arriba
citada nos dice: "Cultos en casa de los Finstrom, visitas en los hogares,
trato con la gente en la calle, invitaciones al hogar de los misioneros,
escuelas primarias, clases bíblicas para niños, viajes a pie, a caballo, en
tren, en moto y por último en carro propio. En muchas ocasiones los hermanos
fueron objeto de las piedras y de las persecuciones, pero el resultado fue que
muchos creyeron en el Evangelio". Es el modelo a seguir todavía. Trabajo.
Sacrificio. Nada de ostentación ni espectáculo. Así es todo lo relativo a Dios:
humilde, tan humilde como lo pueden ser un maestro de Galilea y doce discípulos
en un rincón ignorado del planeta.
¿Cuál sería el paisaje nacional hoy si aquellos
pioneros y baluartes de la verdad mencionados en este libro (yo conocí al menos
tres de ellos) hubiesen cedido al desánimo y la violencia desatados en su
contra? Sin duda habría un gran vacío y decadencia espiritual en las calles y
en los hogares de nuestra patria, porque un siglo después de Finstrom cosa
sabida y probada es que la iglesia evangélica libre ha tenido un impacto
espiritual y social significativo que, a semejanza de la "sal de la
tierra" (Mateo 5:13) ha contribuido a preservar a la sociedad de esa
agusanada corrupción reinante en los siglos XX y XXI.
Por: Daniel R Scott.
Pastor de la Iglesia Evangélica Libre "TEMPLO DE JESUCRISTO".
Av. Mariño cruce con Sendréa - San Juan de los Morros Edo. Guárico
Excelente esa historia local propia de conocer al menos para conocer la génesis de las iglesias libres de Venezuela
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